viernes, 20 de marzo de 2009

La Brisa..... shhh!


Hay quien me manda a La Brisa para susurrarme. Y llegue a mi, y me regale, con el recuerdo de sus caricias. Caricias que rocen tenues mi espalda. Así, con la sutiliza de sus actos. La Brisa llegó a mi casa. Y esta noche dejé mi espalda al descubierto, para sentirla cada minuto erizando mi piel, bañándome de su recuerdo. Y le pedí que si me dormía, con un roce fresco me despertara, para volver a hacerme sentir "su calor".

Yo le quiero decir al Mar, también algo, y para ello ayer fui al Faro de Navidad, para mirándole a lo más profundo que alcanzara mi vista, decirle:

"...cuídale siempre que tu inmensidad le rodee, y en su momento de mayor plenitud al disfrutar de ti, hazle sentir que cada milímetro de su piel que tú bañas, lleva el roce de mis labios, ...besándole!"